Gota
tras gota
y gota
mis ojos se van desvaneciendo
entre sus cuencas.
Los surcos del tiempo han hecho mella.
Mis manos?
No!
Ya no serán suaves de nuevo.
La mirada
lisiada
en el confín de la derrota
estuvo esperando que llegaras.
Adivinó en vano tu figura
de tanto en tanto
afanosamente
con el miedo de los años
respirando
luna
tras luna
y luna
Hasta que te convertiste en sombra.
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